BUITRES: LAS AVES IMPLACABLES
Experiencia bajo un sol abrasador
La serie de fotos que llevo hechas a las aves carroñeras se las debo a un buen amigo, amante como nadie del medio natural, David Albarrán. El aguardo que utilizo, perfectamente mimetizado con el medio, se lo debo a él. Y también sus enseñanzas en un medio verdaderamente hostil, además de muy apartado.
Bajo un sol abrasador y nada menos que a las tres de la tarde de hoy aparecieron. Una larga espera que mereció la pena. La imponente "manada" compuesta por casi dos centenares de estos colosos entre las aves no puede dejar impasible a nadie. Reconozco, después de esta experiencia, que no son precisamente los animales que más satisface fotografiar, pero sí es cierto que constituyen una pieza clave en la cadena biológica y la escena forma parte también de nuestro medio natural. Por tanto, pese al calor y sobre todo pese a lo desagradable de las escena que pude presenciar a lo largo de las casi tres horas y media (con casi cuatro tarjetas llenas de instantáneas), en las que presencié peleas -sobre todo con los dominantes negros-, chillidos, revoloteos, y además en solitario, ello mereció la pena. Al final de todo, casi una treintena de milanos se afanaban por conseguir algún resto que llevarse al pico, pero estos implacables buitres no dejaron ni el tuétano. Saludos cordiales desde mi tierra extremeña.
Decenas de buitre leonados y buitres negros
En poco más de dos horas, acabaron con la carroña
Los buitres negros siempre impusieron su dominio, pese a que apenas pude contabilizar algo más de una docena de ellos entre los 200 ejemplares que estuvieron en el lugar
En algunos ejemplares eran visibles las señales de las luchas que protagonizaron por hacerse con la comida. Obsérvense las heridas que muestra este buitre leonad
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